La
frase “se solicitan dadores de sangre” es una que nadie querría verse en la
obligación de difundir. Sin embargo, la mayoría de nosotros la ha leído o
escuchado en más de una ocasión. De hecho, se estima que 9 de cada 10 personas
necesitarán sangre para ellas mismas o para un ser querido en algún momento de
sus vidas. Esta estadística demuestra la importancia de la donación de sangre.
Las
donaciones regulares de sangre resultan imprescindibles para garantizar la
disponibilidad en esos momentos y lugares donde hacen falta con urgencia. La
decisión de donar sangre no solo puede salvar vidas en casos donde el tiempo es
vital, sino que cada uno de los componentes presentes en ella (como glóbulos
rojos, plaquetas y plasma) puede contribuir a mejorar el día a día de personas
con diversos problemas de salud. Entre ellos:
● Mujeres con
complicaciones obstétricas (embarazos ectópicos, hemorragias antes, durante o
después del parto)
● Niños y
niñas con anemia grave (por paludismo o malnutrición)
● Personas
con traumatismos graves
● Pacientes
quirúrgicos
● Pacientes con cáncer
¿Cuáles
son los requisitos para donar?
Si
bien existen muchos mitos y falsas creencias sobre la donación (como que las
personas con tatuajes o que han tenido hepatitis no pueden hacerlo), los
requisitos para ser donante son los siguientes:
● Gozar de
buen estado de salud
● Tener entre
18 y 65 años de edad
● Pesar más
de 50 kilos
● Tener
valores de presión arterial normales
● No presentar fiebre o no haber padecido ninguna enfermedad en los 7 días previos
● No estar embarazada ni amamantando
● No haber donado sangre en los últimos 60 días
Cabe
destacar que además de brindarle al donante la satisfacción de ayudar a quien
lo necesita, la donación de sangre beneficia su salud: mejora el flujo
sanguíneo, estimula la producción de nuevas células, contribuye a depurar
triglicéridos y reduce el riesgo de padecer infartos y accidentes
cerebrovasculares (ACV).