Para la mayoría de las personas, la llegada
del verano supone una inyección de buen humor provocada por el buen clima. Sin
embargo, para quienes son proclives a padecer migrañas o cefaleas, la época
estival puede convertirse, literalmente, en un dolor de cabeza.
Las altas temperaturas, los cambios de
horarios, la exposición al sol sin protección o el consumo de ciertos alimentos
pueden exacerbar los dolores de cabeza, haciéndolos más frecuentes y de mayor
intensidad. Por suerte, existen ciertas medidas que pueden tomarse para
prevenirlos:
1 Resguardarse del calor: cuando la
temperatura aumenta, produce en nuestro organismo un efecto vasodilatador,
incrementando el tamaño de los vasos sanguíneos y generando dolor de cabeza.
Por eso, los especialistas recomiendan que las personas propensas a sufrir
migrañas mantengan su hogar fresco, bajando persianas durante las horas de
mayor insolación y usando ventiladores para que corra el aire. Además, es
importante evitar los cambios bruscos de temperatura que se producen al
ingresar a locales climatizados y protegerse del sol, evitando las horas
centrales del día (de 11 a 16) y usando gorras o sombreros de ala ancha para cubrir
la cabeza, y anteojos oscuros para la vista.
2 Mantenerse hidratado: el dolor de cabeza
es uno de los principales síntomas de la deshidratación, por eso se recomienda
beber al menos 2 litros de agua por día para evitar estas situaciones.
3 Respetar las horas de descanso: durante
el verano, y especialmente en vacaciones, podemos modificar nuestras horas de
descanso, durmiendo menos o trasnochando más de lo habitual. Esto puede alterar
nuestro ritmo biológico haciendo que descansemos mal y generando intensos
dolores de cabeza. Por eso, se aconseja intentar mantener nuestros horarios
estables y practicar actividad física para descansar mejor.
4 No descuidar la alimentación: el consumo
de alimentos frescos (ensaladas, frutas, gelatinas, etc.) es una buena forma de
combatir el calor y evitar la deshidratación. En cambio, alimentos como los
embutidos y los alimentos altos en grasas pueden contribuir a la aparición de
malestares. Para prevenir esta situación, se recomienda ingerir platos y
comidas ligeras, evitando además la ingesta de alcohol, algo que suele ser
común durante el verano pero que puede resultar contraproducente para quienes
padecen dolores de cabeza con frecuencia.