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Durante las fiestas de Navidad y fin de año es común que se alteren los hábitos alimenticios. Esto suele suceder como consecuencia de la seguidilla de reuniones con amigos y familiares donde se aprovecha para brindar y comer en forma abundante. 

Y aunque darse un gusto cada tanto no está mal, estos desajustes pueden resultar perjudiciales para la salud y dar lugar a intoxicaciones alimentarias, molestias digestivas o acidez, además de favorecer al aumento abrupto de peso. Estos malestares se agravan todavía más en personas que cuentan con patologías crónicas como obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Por eso es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones para evitar excesos y cuidar la salud:

·   Usar alimentos frescos: las ensaladas y las carnes blancas y/o rojas magras al horno son una buena alternativa para estos días en los que el calor se hace sentir. 

·    Cuidado con la sal: Se recomienda condimentar con hierbas, ajo, pimienta, jengibre o limón, sin abusar de la sal y los aderezos para evitar un aumento de la presión arterial.

·    Ojo con las bebidas: las altas temperaturas y el consumo de alimentos en exceso nos pueden llevar a beber más líquidos. Más allá del brindis, la bebida más saludable siempre será el agua, que además de no sumar calorías vacías nos permitirá mantenernos bien hidratados y evitar malestares al otro día. Las bebidas alcohólicas no nos hidratan.

·    No saltear comidas: se desaconseja llegar a la cena con el estómago vacío para evitar atracones. Lo ideal es no saltear comidas para no llegar con un hambre descontrolada a la hora de la cena.

·    Respetar la cadena de frío de los alimentos: durante el verano es importante tener especial cuidado con la manipulación y conservación de los alimentos para prevenir la proliferación de bacterias que causan enfermedades. En caso de optar por comidas ya preparadas, resguardarlas en la heladera hasta el momento de servirlas.