Por iniciativa de la Federación Mundial de
Neurología, cada 22 de julio se celebra el Día Mundial del Cerebro con el
objetivo de difundir la importancia de la salud cerebral e informar acerca de
la prevención y el tratamiento de las afecciones cerebrales más frecuentes.
Entre ellas: la migraña; las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer
y el mal de Parkinson; los trastornos mentales como la esquizofrenia o la
depresión; las enfermedades infecciosas como la meningitis; y las alteraciones
congénitas como el Síndrome de Down.
El cerebro representa aproximadamente un 2%
del peso corporal y alcanza su máximo desarrollo al cumplir los 25 años de
edad. Para funcionar, este órgano utiliza un 20% de la energía y del oxígeno
que consume el organismo y un 25% del colesterol bueno, por lo que la falta de
cualquiera de estos nutrientes provocaría graves alteraciones en su
funcionamiento.
Responsable del control de todas las
funciones del organismo, el cerebro está dividido en 2 hemisferios, cada uno de
ellos especializado en el control de ciertos tipos de conductas y labores.
Mientras el hemisferio izquierdo se asocia al análisis, la lógica, las
matemáticas y el lenguaje, el lado derecho es el encargado de la creatividad,
la intuición, los sentimientos, la imaginación y las artes.
Para conservar a este órgano saludable y
favorecer la actividad cognitiva es importante tener hábitos como practicar
ejercicio aeróbico de manera regular y mantenerse activo social e
intelectualmente. Es esencial mantener estimulada la mente con actividades que
supongan pequeños retos, tales como la lectura, los juegos de mesa y todo
aquello que implique aprender y adquirir nuevos conocimientos.
Por otro lado, es fundamental llevar una
dieta equilibrada que incluya vegetales, frutas, huevos, cereales y pescados
ricos en ácidos grasos Omega 3, como el salmón o las sardinas. Además, conviene
evitar en la medida de lo posible la sal, las grasas de origen animal, el
azúcar y los alimentos precocinados.