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Cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión con el objetivo de concientizar a la población acerca de cómo prevenir, diagnosticar y controlar esta condición, que es el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares.

La hipertensión arterial (HTA) es una condición que afecta a 1 de cada 3 personas adultas y se produce cuando la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias aumenta de manera sostenida en el tiempo. Es un problema silencioso que, generalmente, no presenta síntomas. Por este motivo, muchas personas pueden padecerla durante años sin saberlo, y si no se diagnostica y se trata de forma adecuada, puede provocar complicaciones graves (como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares o daño renal).

Además, esta enfermedad es multifactorial. Esto quiere decir que está determinada e influenciada por múltiples factores. Entre ellos se destacan la herencia genética, la edad, la obesidad, el consumo excesivo de sal y alcohol, el tabaquismo, el uso prolongado de algunos medicamentos y la falta de actividad física.

La única manera de detectar la HTA es mediante la medición de la presión arterial con un tensiómetro y en condiciones adecuadas. Se considera presión arterial alta (hipertensión) cuando la medición máxima es mayor o igual a 140 y/o la mínima supera 90.

Para prevenir y controlar la HTA, se recomienda mantener un peso saludable, reducir el consumo de sal, reemplazándola por condimentos como el perejil, la pimienta, el orégano o el limón; llevar una dieta equilibrada, evitando los productos ultra procesados y los embutidos; realizar actividad física de forma regular y no fumar.

En la gran mayoría de los casos, la hipertensión no puede curarse, pero sí controlarse con medicación y dieta. Es importante destacar que el tratamiento indicado por el cardiólogo debe continuarse sin interrupciones durante toda la vida y sólo el profesional médico puede realizar los ajustes necesarios en el número de pastillas y sus dosis para mantener la presión arterial dentro de los valores recomendados.

Se recomienda que los pacientes hipertensos acudan o llamen a un servicio de urgencias en caso de:

        Dolor de cabeza muy intenso, no habitual y repentino.

        Confusión o dificultad para hablar, levantar un brazo o mover los músculos de la cara.

        Mareos o vértigo (sensación de giros y movimiento).

        Visión borrosa repentina.

        Dolor en el pecho o sensación de falta de aire.