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En el marco del Día Mundial de la Fertilidad, desde Investigaciones Médicas nos parece importante desechar algunas creencias que siguen circulando entre quienes buscan ser padres, a pesar de no tener base científica. Estos mitos no solo desinforman, sino que pueden retrasar diagnósticos y generar frustración en quienes están en la búsqueda de un embarazo.

Tal vez uno de los más comunes tenga que ver con pensar que un período regular garantiza que la mujer sea fértil. Aunque la menstruación sea puntual, pueden existir alteraciones en la ovulación. Además, no todos los ciclos son ovulatorios. Por eso, tener el período no siempre implica que haya posibilidades concretas de concebir.

Otro mito muy instalado es que haber tenido hijos anteriormente asegura poder tenerlos en el futuro. Es importante saber que la fertilidad puede cambiar con el tiempo y verse afectada por múltiples factores. De hecho, los expertos hablan de infertilidad secundaria cuando una persona que ya fue madre o padre tiene dificultades para volver a concebir.

También se escucha con frecuencia que la edad solo influye en la fertilidad de las mujeres. Y si bien es cierto que el descenso en la cantidad y calidad de óvulos comienza a ocurrir a partir de los 35 años, la edad también afecta a los varones: con el tiempo, puede disminuir la calidad del esperma, sobre todo si existen factores como el tabaquismo, el sobrepeso o una alimentación deficiente.

Lamentablemente, la idea de que “hoy en día es fácil quedar embarazada después de los 40” es otra creencia equivocada. Si bien los avances médicos permiten lograr embarazos a edades más avanzadas, en muchos casos se logra gracias a tratamientos con óvulos donados. Pero la fertilidad natural a pasados los 40 años es muy baja.

Por último, es conveniente que las parejas sepan que no es necesario esperar un año para consultar con un especialista. Sobre todo cuando la mujer tiene más de 35 años, seis meses sin lograr un embarazo es más que suficiente para solicitar orientación médica. En materia de fertilidad, el tiempo importa y mucho. Y no dejarse llevar por los mitos, también.