Durante las vacaciones de invierno, es habitual que los chicos pasen más tiempo frente a las pantallas, ya sea porque juegan videojuegos, ven películas y series, o simplemente navegan en las redes sociales. Pero este aumento en la exposición digital trae consigo un riesgo para la salud visual, especialmente cuando no se equilibra con otras actividades al aire libre. En Argentina, antes de la pandemia, la prevalencia de miopía en edad escolar era relativamente baja (alrededor del 4%). Pero de acuerdo con diversos estudios, las largas horas frente a dispositivos y la falta de luz natural podrían haber incrementado los casos de forma significativa. En China, por ejemplo, más del 90% de los estudiantes universitarios ya tiene miopía. Pero más allá de la pérdida de visión, existen otros problemas frecuentes relacionados con el uso excesivo de pantallas: desde fatiga ocular y visión borrosa, hasta resequedad en los ojos. Estos síntomas suelen aparecer tras pasar mucho tiempo mirando de cerca una pantalla, sin pausas ni una correcta iluminación. Por eso, para proteger la salud visual de los más chicos durante estas vacaciones, los especialistas recomiendan aplicar la regla 20-6-20: cada 20 minutos de uso, hacer una pausa y mirar algo a 6 metros de distancia durante al menos 20 segundos. Además, es clave fomentar en los chicos el interés por actividades al aire libre, ya que la exposición a la luz natural puede contribuir a prevenir el desarrollo de miopía. Por otro lado, se recomienda ajustar el uso de pantallas según la edad de los niños y adolescentes: En menores de 2 años: se desaconseja totalmente el uso de pantallas. Entre 2 y 5 años: máximo una hora diaria, siempre con supervisión adulta. De 6 a 12 años: no hay un límite estricto, pero sí se sugiere un uso equilibrado, privilegiando actividades presenciales, deportivas y recreativas. Adolescentes: se debe cuidar que el tiempo en línea no reemplace otras rutinas importantes como el descanso, el estudio, la actividad física y los vínculos personales. Por último, es importante no olvidar llevar a cabo consultas oftalmológicas de forma regular. La primera consulta se recomienda a los 3 años de edad (si no hubo señales de alarma antes). Luego, los expertos sugieren una revisión anual antes de cada ciclo escolar.
