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El cáncer de mama es una enfermedad que se desarrolla cuando las células mamarias crecen y se multiplican de forma anormal provocando como resultado un tumor. Si bien es el cáncer más frecuente en mujeres, en especial después de los 50 años de edad, también puede aparecer en hombres.

Aunque se desconocen las causas exactas que provocan esta enfermedad, existen ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecerlo y no pueden controlarse. Entre ellos, ser mayor de 50 años, haber tenido la primera menstruación a muy temprana edad, haber recibido terapia de reemplazo hormonal, no haber tenido hijos o tener antecedentes familiares de cáncer de mama. Sin embargo, cabe destacar que el cáncer de mama hereditario representa sólo alrededor del 5-10% de todos los casos de este tipo de enfermedad.

Pero existen otros factores de riesgo, como el sobrepeso o el alcoholismo, que pueden reducirse adoptando hábitos saludables. Por ejemplo:

        Mantener un peso saludable: a través de una dieta balanceada rica en proteínas de calidad (como las provenientes de legumbres, carnes blancas y pescados), frutas frescas, frutos secos, vegetales e hidratos de carbono de lenta absorción. Además, es importante realizar al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa, más entrenamiento de fuerza al menos dos veces por semana.

        Limitar el consumo de alcohol: la recomendación general es limitar la ingesta de bebidas alcohólicas a 1 por día o menos, ya que incluso las cantidades pequeñas aumentan el riesgo.

        No fumar: un estudio llevado a cabo por el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, de los Estados Unidos, aseguró que las mujeres que fuman pueden aumentar hasta un 60% el riesgo de padecer cáncer de mama que aquellas que no lo hacen.

        Llevar a cabo autoexámenes mensuales: es importante hacerlo de forma regular para conocer las mamas y que sea más fácil reconocer cualquier modificación. Preferentemente se recomienda realizar el autoexamen después del período menstrual.

        Realizar revisiones periódicas: si bien las evaluaciones no previenen la enfermedad, pueden ayudar a detectarla temprano, cuando es más fácil tratarla. En nuestro país, se recomienda que todas las mujeres de 50 a 69 años se realicen al menos una mamografía cada dos años junto a un examen físico de las mamas por parte de un profesional de la salud. Sin embargo, es importante que tanto las pacientes menores de 50 años como las mayores de 69, consulten con su médico de confianza acerca de la necesidad de controles más exhaustivos según sus factores de riesgo.