El verano trae consigo días calurosos que favorecen la proliferación de bacterias. Esto, a su vez, puede aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos (ETA). ¿Sus síntomas más comunes? Dolor abdominal, vómitos, diarrea y, en algunos casos, fiebre. Para evitar esta clase de afecciones es fundamental reforzar los cuidados en la manipulación y conservación de los alimentos durante esta temporada.

Una de las principales recomendaciones de los expertos es separar siempre los alimentos crudos de los cocidos, utilizando utensilios diferentes para evitar la contaminación cruzada. Además, es importante conservar los alimentos a temperaturas seguras, evitando dejar comida cocida a temperatura ambiente por más de 2 horas y descongelar alimentos fuera de la heladera.

Por otro lado, es esencial cocinar por completo alimentos como carnes, pescados y huevos, prestando especial atención a que no queden partes crudas. Otro punto que destacan los especialistas es el uso de agua potable para lavar las frutas y verduras, sobre todo cuando se consumen crudas. 

También es crucial verificar regularmente las etiquetas de los productos para comprobar las fechas de vencimiento. Y en cuanto a la limpieza, los médicos recomiendan lavarse las manos antes y durante la preparación de los alimentos, además de desinfectar utensilios y superficies para proteger la cocina y los víveres de insectos.

Adoptando estas medidas será posible proteger la salud de niños, jóvenes y adultos, y disfrutar del verano sin preocupaciones.