De acuerdo a un informe de la Academia
Americana de Pediatría, el juego tiene un papel muy importante en la infancia.
Gracias a las actividades lúdicas, los niños no solo desarrollan sus
estructuras cerebrales, sino que pueden practicar y mejorar sus estrategias
cognitivas y sociales. Además, jugando aprenden a gestionar y procesar el
estrés.
Los especialistas definen el juego como una
actividad con motivación intrínseca (es decir, que carece de un objetivo
externo), voluntaria, divertida y espontánea. También destacan que, a menudo,
los juegos implican la creación de una realidad imaginaria en la que los chicos
deben “creer” mientras juegan.
Por su capacidad para desarrollar distintos
procesos cognitivos los juegos pueden dividirse en:
De exploración: en esta clase de juegos los
niños exploran objetos y van descubriendo sus propiedades a través de los cinco
sentidos. Pueden ir progresando desde la exploración de objetos con las manos y
la boca, hasta usarlos para representar otros objetos (por ejemplo al usar una
banana como teléfono). Gracias a este tipo de interacciones, los chicos logran
mejorar la comunicación, el lenguaje y el pensamiento abstracto.
Físicos y locomotores: la mancha, las
escondidas y otros juegos que implican el uso de habilidades motoras básicas
como correr, agacharse o saltar, no solo promueven una vida más activa sino que
contribuyen a desarrollar habilidades cooperativas y sociales. Además, si el
juego es de contacto o forcejeo, ayuda a que aprendan a correr riesgos de forma
controlada y a desarrollar su empatía para no hacer daño a sus compañeros.
Actitudinales: esta categoría incluye los
juegos en los que los niños deben actuar asumiendo distintos papeles, fingiendo
que son padres e hijos, o profesores y alumnos. Gracias a estas interacciones
aprenden a negociar reglas y a empatizar con otras personas.
Como vemos, los juegos permiten que los
chicos desarrollen todo tipo de habilidades, mejorando su concentración y la
forma en que manejan el estrés, perfeccionando su capacidad para resolver
problemas, favoreciendo sus interacciones sociales y volviéndolos más
independientes.